El movimiento de bomberos voluntarios en Argentina comenzó
con el episodio ocurrido el 2 de junio de 1884 en el barrio de La Boca.
Motivados por la necesidad y el instinto comunitario, vecinos encabezados por
Tomás Liberti y su hijo se organizaron para combatir un incendio que ponía en
riesgo sus hogares.
Esta institución fue pionera tanto en la respuesta inmediata
a emergencias como en sus contribuciones a la vida social del barrio,
participando en festividades locales y actividades culturales, lo que reforzó
su integración y prestigio.
El ejemplo establecido por La Boca promovió la creación de
múltiples organizaciones similares en diversas localidades de Argentina. Dentro
de su estructura organizativa, el cuartel incluye oficiales, suboficiales,
bomberos, aspirantes y personal en reserva, todos comprometidos a intervenir
tanto en emergencias como en tareas logísticas y de apoyo.
La participación activa del cuartel en eventos comunitarios,
junto a la exhibición de su histórica autobomba y su banda musical tradicional,
consolidó su vínculo con el entorno y lo erigió como un referente fundamental
del movimiento nacional de bomberos voluntarios.